
¿Que se ha tatuado este pollo en plena frente?. ¿Es un pájaro?, ¿es un avión?. ¿Es una mierda de pajaro?. Cuantas dudas...
Eso si, el uniforme naranja nunca falla. Por algo será.
Yo soy tu ídolo.
Álvaro Pérez: Presidente.
Camps: Feliz Navidad, amiguito del alma.
A. P. Oye... que te sigo queriendo mucho.
C. Y yo también... tenía que haberte llamado, te quería haber llamado, para contarte todo, cómo fue, para decirte que tienes un amigo maravilloso, Romero, y que el otro es un tipo excepcional, ¿eh?
A. P. Vale, me alegro, pero me han ido informando puntualmente de todo.
C. Ya, ya lo sé, pero sobre todo para decirte que te quiero un huevo.
A. P. Bueno, qué... contarás durante muchos años con mi lealtad, ¿vale?
C. Perdona, ¿durante muchos años? No, hijo de puta, durante toda tu vida. Ja, ja...
A. P. Por eso, tío, es que espero que sean muchos.
C. Ya, pero bueno, no tienes que decir durante muchos, porque eso tiene un límite, una caducidad, durante toda tu vida...
A. P. No, llevas razón, siempre me tienes que... ¿ves? Es la ventaja de estar todos los días delante de un micro.
C. Exacto.
A. P. Tu caudal de palabras, tu facilidad de palabras... Te quiero mucho a ti y a tu familia.
Pero últimamente venimos pasmándonos ante los bodegones de los escaparates de los restaurantes caros, auténticas obras de arte algunos, jocosas representaciones de lo que te puedes encontrar dentro los otros.
No dejen de visitar los de la calle Arenal, en Madrid. Alucinantes.