Queridos lectores,
Ante la terrible epidemia de falta de ideas que nos asola queremos plantar cara con una de nuestras mejores armas, la idiocia. Inauguramos nueva sección, YO QUIERO SER, en la que desgranaremos las profesiones que, verdaderamente, nos atraen.
Hoy les traemos la de concejal de urbanismo. Aparte del terrible sueldo que se debe recibir cada mes, sin tiempo material para gastarlo (a pesar de lo que los recortes de Don Mariano nos podrían hacer pensar), la cosa es algo así como hacer visitas a nuevas obras, pasar por detrás de las pantallas del centro de tráfico diciendo "jummm, jummm...", comer con contratistas, ser agasajado en clubes para caballeros por contratistas, y, en los días de mayor estrés, ponerle nombre a una calle.
Ya lo saben, alcaldes del mundo, me postulo como candidato a este puesto sea donde sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario