
Tienen ustedes suerte de vivir en época convulsa. Solamente así podrán saborear el retorno de los valores básicos y primigenios que auguro van a tener lugar en los próximos, por lo menos, cuatro años.
Así pues yo, que soy de los de pelar mis barbas, me estoy dejando crecer las uñas de los meñiques y voy a integrarme en alguna minoría étnica de las de aquí, de las de toda la vida, para después echarme al monte y ejercer de bandolero, profesión muy nuestra y bastante denostada en estos últimos tiempos.
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