AngelaChanning sabía que su yerno no era trigo limpio. ¡No por vasco, ni por catalán, ni por haragán!, era algo en la mirada. Por eso le dijo a DouglasChanning que mandaran a un inspector. A inspeccionar. Y este vuelve diciendo que algo huele mal en Palma, que os va a salpicar y se os va a acabar el chollo. Mejor se marcha, no del chanchullo, sino de la misma ¡Espania!.
AngelaChanning se calló e hizo lo que tenía que hacer. Pero sin llamar la atención, que mira lo que pasó en Irán. Y aunque sea amoral o inesperado,(¡vaya usted a saber!), tampoco llamó la atención de la ciega justicia, hasta un tiempo después.
Moraleja:
¿Debe la familia Channing permanecer en la parrilla televisiva?.
Si, por supuesto, que la gente campechana es lo que nos merecemos.