La cosa es que estamos enganchados a Mario&Alaska. La gorda enana y su superestúpido marido como estrellas fulgurantes. De la gorda enana no podemos decir más de lo que ya está escrito. Pero resulta admirable como una persona como su supuesto marido y manager (*), con semejante bagaje cultural, pueda llegar al final del día sin sufrir graves percances.
Las comparsas tampoco tienen desperdicio; la cohorte de invertidos, todos con graves deficiencias estructurales, esa marica ramone, el pre-oso, el travestido sudaca muy del submundo del cabaré, la vieja seca, los diálogos delirantes, los escenarios, los estilismos, las poses...
Realmente conforman un omnium corruptibilis que narcotiza la conciencia y es incompatible con la vida.
Por eso nos gusta.
Bien sabe Dios que hemos dejado pasar el tiempo prudencial que requieren los casos graves como estos antes de poder emitir un juicio.Y ojito, que a pesar de todo, seguimos pensando que es un montaje. En fin...
(*)¡Como estará el patio musical para que este tío sea MANAGER!