Ex panolis por el mundo

El gobierno español, renonvando la campaña de marketing llamada "Vente a Alemania, Pepe", que tanto éxito tuvo en la década de los 60, nos está invitando a emigrar de forma subrepticia a través de programas como Españoles por el mundo. Da igual el país en que aterrice un español, allí cobra diez veces más de lo que es humano, se ha comprado una mansión al borde de la playa por 200 euros, tiene más servidumbre que la reina de Inglaterra y viaja en limusina con chófer, cuando no tiene a punto la calesa.

- ¿Por qué te viniste a Sidney, Fernando?
- Yo en España cobraba 480 euros al mes y aquí en Sidney no me levanto de la cama por menos de 12.000.
- ¿Y en qué trabajabas en España?
- ¿Yo? era rata de laboratorio.
- ¿Y aquí qué haces?
- Soy degustador de placeres diversos con derecho a roce.
- ¿Y esta mansión es tu casa?
- No, es la casa del chófer. La mía es aquella de enfrente, eso que parece el palacio de Gadafi.
- ¿Y cuántas habitaciones tiene?
- En total, no lo sé. Todavía no me ha dado tiempo a ver el ala este. Pero si tienes curiosidad, se lo consulto al servicio.
- ¿Y cuándo piensas volver a España?
- Cuando repatrien mi cadáver.


- Maite, ¿qué haces en Namibia?
- Soy consumidora ecuánime.
- ¿Y en qué consiste tu trabajo?
- Me dan una tarjeta de crédito y debo gastar un mínimo doce mil euros al día en caprichos absurdos. El objetivo es que me sienta gozosa y realizada.
- ¿Y estos veinte morenazos que te acompañan?
- Es que aquí se practica la poliginia. Me he casado con todos. Bueno, de este de aquí me voy a divorciar esta tarde, porque no me idolatra.
- Se le ve cariñoso.
- Pero está mal dotado, para lo que aquí se estila. Es que esto es Namibia, ¿Sabes?
- ¿Y a qué te dedicabas en España?
- Allí paseaba los guarros por el pueblo, pero aquí soy una diosa. Me han hecho un templo en el centro de la capital, pero no voy nunca.
- ¿Y eso?
- Y yo que sé. Es que estoy hastiada de orgasmos, ¿sabes? me tiemblan ya hasta las piernas.
- ¿ Y vas a volver a España?
- Quizá este verano. En plan ONG. Es que se me ha olvidado lo que es la miseria, siento como que me estoy deshumanizando.


Cuidadín con el marketing, que esto está todo amañado y en un descuido os veis llorando en una cuneta de la Baja Sajonia.
Si a los españoles les fuera tan bien en el mundo, ya se habrían marchado fuera los políticos.