El muy precioso Julian Assanje la ha vuelto a liar.
A enfadado a la Clinton y ha sacado a la luz lo que todos nos imaginábamos; que a Berlusconi le gustan los altramuces, que Putin se pone muy farrucco, que la Krischner está un poco allí,...vamos, obviedades que se cuentan en la cola de la frutería.
Yo no sé porqué cuando se habla de documentos secretos se me representa Walter Mercado, pero si me pasa, por algo será.
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