Mira tú que algunas mañanas me digo, "hoy voy a ser mejor persona" y salgo tan contento de casa.
Me suele durar el tiempo justo de llegar a la rotonda de incorporación a la carretera. Allí, rodeado de taxistas, furgonetas y resto de vehículos, se me escapa el buen espíritu de cuerpo y vuelve a las estrellas sudando y en estado de shock, el pobre.
Muy pocos días me dura incluso hasta llegar al trabajo (no se alarmen, suele ser porqué he dormido poco y conduzco con el sexto sentido). Allí me asalta la famosa inquietud A VER QUIEN ES EL QUE ME JODE EL DÍA. Normalmente ya te lo imaginas, pero albergas una tenue esperanza de que haya tenido un accidente mortal o algo así.
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