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martes, 3 de agosto de 2010

La tragicomedia en España



La tragicomedia goza de mucho predicamento en España. Es un género tan vivo que podríamos decir que es incluso callejero. Suele comenzar con esta frase que se cruzan dos amigos, aburridos y ligeramente ebrios, en un bar:

¿a que no hay huevos a... ?


A menudo, el que lanza el envite suele hacerlo con un palillo amarillento colgando en la comisura de los labios. A juzgar por su pose de suficiencia, sospecho que en ciertos bares se alberga la creencia de que un palillo en la boca, además de resaltar el varonil atractivo y conseguir que se desaperciba una higiene dudosa, concede superpoderes.

De este modo, el español de raza, siempre hambriento de hazañas, o, también hay casos, plenamente consciente de las miserias de la condición humana, encuentra en este envite casual un medio rápido, y en ocasiones definitivo, de no volver al trabajo, aun al precio de sacrificar su vida.

Donde quizá falla la heroicidad es en la selección del reto, donde prima la improvisación, la chapuza y, por qué no decirlo, el surrealismo.

Basándome en un caso real, el sujeto, siempre con el palillo en la boca, lanza una mirada en derredor, y se le ocurre:

¿A que no hay huevos a partir el grifo de cerveza de un cabezazo?

Desde ese instante, ambos actores saben que acabará sucediendo lo inevitable, pero la gracia está en alargar en lo posible la pantomima. Que no, que sí, que sí, que no... que sí... Desgraciadamente, el acometedor de acto tan temerario y viril, nunca sabrá si consiguió superar el reto, dado que los choques de cráneo contra superficies metálicas suelen devenir en pérdida de conocimiento inmediata (si es que lo había previamente).

Esta es la razón por la que aún se sostiene la creencia de que un palillo en la boca concede superpoderes. Los que podrían descubrir que no es así, o bien padecen una amnesia por traumatismo craneoencefálico, o bien pasan a una vida mejor.

En cualquier caso, cuando uno oye la frase ¿a que no hay huevos a...? lo mejor es ir llamando a los servicios de emergencia, si es que aprecias en algo la vida humana que no sea la tuya, o, si no es el caso, grabar el acontecimiento tan dramático como absurdo que está a punto de suceder en el teléfono móvil, con el objetivo de poder colgarlo en el youtube. Cualquier intento de razonar con los actores es una pérdida de tiempo. Además, al espectador le impediría conocer los límites de la resistencia humana, y al actor la realización personal en forma de consecución de su destino inexorable.

3 comentarios:

  1. Bar del Pozo. El Málaga y el Jumeras. 15:00 de la tarde. Ingentes cantidades de vino y cerveza de por medio. Grifo de El Aguila, de los del águila plateada.

    Se lo llevaron, no sé si en ambulancia o en coche patrulla.

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  2. Al señor Rosario le debo el conocimiento de este caso real, sí señor.

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