Queridos amigos. Vengo a hablarles de un tema que preocupa y entristece. Una tradición que se pierde. Quizá nos estamos obligando a vivirlo de nuevo tras el olvido. Si es así, bien por la maniobra de distracción. Si no...
Hoy quiero hablarles de los anuncios con fotos del antes y después. Esos en los que, para anunciar el producto, salía la señora fea en el antes y una jaca monumental en el después. Suponemos en la redacción que el Sr.Pascual de turno si que se daba cuenta de lo mal traído que estaba el morphing, que las dos pajarracas ni siquiera tenían los ojos del mismo color, pero daba igual. El montaje salía en las páginas centrales de Diez Minutos, como un pasatiempos de esos de los de encuentre las siete diferencias. ¡Que pena que la publicidad se haya vuelto inteligente...!
Los últimos intentos no han sido muy afortunados, no por intención, sino casi más por el destino. ¡Cruel destino!.
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