Amigos y amigas y amigos.
Nos veníamos preguntando sobre el mundo de las tartas más allá de las de santiago, de nata, de chocolate y de frutas. En el principio sería el bizcocho, que derivo a bizcocho con cosas dulces, que derivó a la tarta de bodas. Esto es como si el cocido lo presentáramos con todos los garbanzos ensartados en un hilo, pintados de blanco y metidos dentro de una caja de raso. Pero en fin, sorpréndanme;
Está la tarta imaginativa, la que hace tu cuñado, el panadero, cuando le da el empacho de leer los reportajes que hablan de el Bulli. Algo como esto:
Luego iríamos a la tarta conmemorativa, esa que le encargas también al de la panadería y que, imaginamos, que acaba por rematar un pobre emigrante, harto de copiar a Mickey Mouse. Algo como esto:
Después nos vamos a la tarta para los muchachotes, esa que se curra el colega que estudia repostería y que todo el mundo recuerda con el paso de los años:
Otra variante podría ser esta, pero quizá la temática la hace un poco más freak, valga la redundancia:
Como postre, que menos que traerles la deconstrucción hecha tarta. El fin hecho obra. Fé y obra.
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