Vale, culpa mía. Cuando me dijeron que mis padres me querían para el campo yo entendí (cándido que soy) que la cosa iba de respirar aire puro y jugar al golf. Pero si me llegan a avisar de que el asunto iba de padecer estos trajines y estas retenciones de irpf, no vengo yo a encarnarme ni muerto. Que la vida es muy bonita, sí, pero para algunos más que para otros. La próxima vez o me reencarno en protagonista de perras ricas o a mí no me llaméis. Venga, en serio, trabajar no está agradecío, pero es que tampoco está pagao. Denme ya el puesto de Carmen Lomana, que hace dos meses presenté el currículum y todavía no me han llamado.
viernes, 11 de junio de 2010
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Esto viene a ser fist fucking existencial, ¿verdad?
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