Vengo, tras este silencio desacostumbrado, a hacerles participes de una paranoia que me está rondando la cabeza desde hace unas lunas.
Como degustador de dibujos animados (o cartoons) veo bastantes y cada día me sorprendo más. Adventure Time, Chowder o, la que me ocupa, The Amazing World of Gumball, me mantienen pegado a la tele a todas horas.
El personaje en cuestión es el padre de Gumball Watterson, Richard Watterson. Conejito rosa quizá más estúpido incluso que Homer Simpson.
No me veo, por lo obvio, capaz de explicarles el grado de idiocia de este personaje, pero les recomiendo ardientemente el visionado, para que saquen sus propias conclusiones antes de que les cierren el Metro, les quiten la casa o les den con la puerta del Cajamadrid en las narices.
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