La cara de felicidad. El negro. Lo mismo es que me estoy volviendo viejo o quizá la sociedad ha alcanzado esa madurez presupuesta, en la que ya no hay familia real intocable, minoría étnica protegida o religión sagrada.
Los de CocaCola, cuando acaben lo del JMJ, pueden contraatacar con un jactancioso
NO LO CREO
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