El español, antes conocido por ser un turista que no miraba el billetero a la hora de pasar una semana en Mikonos, por ejemplo, ha pasado a tener categoría de turista basura según el último estudio de la consejería de Turismo Europea."Antes de la crisis se podían dejar hasta 200 euracos en una cena y ahora..., ahora no pasan del bocadillo de bacon", declara compungido Fabienne Deltoyan, propietario de un restaurante a las afueras de Bruselas.
"Por supuesto que afecta la crisis mundial, pero no se puede pasar de un extremo al otro en un par de meses", se indigna, no sin razón, un conocidísimo chef de prestigio de la capital italiana.
Así que se recomienda que gasten hasta lo que no tengan. No se puede uno bajar de un Audi y pedir una bolsa de patatas fritas y dos botes de cerveza, no me sean cutres.
En la foto, la toalla del servicio de un bar en Mónaco, tras pasar por allí un autocar de españoles de la ruta "Capitales europeas pequeñas".
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