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martes, 10 de abril de 2012

EL CRISTO DE LOS OROS, LA OTRA Y EL ÑIÑO

Como la cosa esta de la Semana Santa está, según lo vemos nosotros desde nuestra ultramoderna redacción, un poquito pasada de fecha de caducidad, nos gustaría proponer, desde el más alto de los respetos, ¡válgame!, una modernización en la esencia misma de sentimiento de la cosa esa religiosa que les hace sacar a pasear unos trozos de madera decorados.

Así de primeras les proponemos como modelo de cristos dolientes al muy bizarro Diego el Cigala:
que no me pueden decir que no estaría muy propio, allí en lo alto del paso, rodeado de velitas y con cara de tener muy, pero que muy alto el colesterol.

Para virgen (en el sentido religioso, claro está) y a pesar de los revuelos causados hace unos meses por unas fotos en no se qué ermita de algún agujero de la piel de toro, no nos pueden negar que Paz Vega sería definitiva. Seguro que solo protestarían las beatas y algún que otro obispo invertido (perdón por la redundancia).


De niño Jesús no se nos ocurre a naide, pero este maniquí tiene un nosequé de moderno y de salir en portadas de discos tecno que te quieres morir.


Así que si no se modernizan ustedes, es porque quieren.

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